Lo más importante del proceso de sanarnos o de integrarnos en un todo es aceptarnos totalmente a nosotros mismos, con todas nuestras múltiples partes.
Aceptémonos cuando actuamos bien y cuando no lo hacemos tan bien, cuando nos asustamos y cuando demostramos nuestro amor, cuando nos comportamos tontamente y cuando nos mostramos brillantes e ingeniosos, cuando fracasamos y cuando ganamos. Todo esto son distintas facetas de nosotros mismos.
La mayoría de nuestros problemas provienen de que rechazamos partes de nosotros mismos: no nos amamos total e incondicionalmente. Que la mirada que echamos sobre nuestro pasado no sea de vergüenza. Miremos al pasado viendo en él la riqueza y la plenitud de la vida. Sin esta riqueza y esta plenitud no estaríamos hoy aquí. Cuando nos aceptamos totalmente nos convertimos en seres íntegros y sanos.
Fuente: Libro Pensamientos del Corazón por Louise L. Hay.
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