No quisiéramos que los niños y jóvenes llegasen a ser consumidores de drogas. Este pareciera ser el significado básico y simple de la prevención.
Este concepto puede ser útil para algunas drogas de uso mas bien escaso y que hacen parte del grupo de sustancias cuyo consumo está calificado como ilegal en nuestra sociedad como por ejemplo la heroína. Desearíamos e intentamos que las personas nunca lleguen a consumir esta sustancia. Casi todas las personas piensan que su consumo sería altamente peligroso y evitan hacerlo.
Pero hay otras sustancias de consumo muy frecuente y generalizado tales como el alcohol, el cigarrillo o la marihuana, cuyo comercio y consumo puede ser valorado en ciertos grupos y ambientes como algo altamente positivo y deseable. Es poco probable lograr que los adolescentes y adultos no lleguen a beber alcohol por menos alguna vez en su vida. En este caso, el objetivo de la prevención se puede modificar para plantearse mas bien, como el lograr que la persona no se haga daño a sí mismo o a otros al consumir la sustancia, que el consumo no le impida el desarrollo de sus potencialidades y habilidades, o que no lo haga en cantidades y frecuencia elevadas o en circunstancias que puedan ponerlo en peligro, por ejemplo conducir automóvil embriagado o manipular elementos cortantes luego de haber tomado tranquilizantes.
También es válido pensar de acuerdo a los estudios estadísticos sobre el tema, que mientras más se retrace el inicio del consumo, menos probabilidades habrá de que ese consumo se convierta en un problema grave en la vida del individuo, es decir que quienes más jóvenes comienzan a consumir alguna de estas sustancias son los que tendrían mayor riesgo de llegar a ser dependientes de ella.
Es necesario entonces definir, tanto individualmente como en familia y en comunidad, de una forma realista y sincera, nuestra posición frente al consumo de sustancias psicoactivas en general y frente a cada sustancia en particular, considerando que si bien, las sustancias psicoactivas pueden producir reacciones agradables o placenteras, no hay ninguna sustancia que pueda considerarse como exenta de riesgos para la salud y el bienestar del ser humano, tanto las legales como las ilegales, las de origen natural (por ejemplo la marihuana) o las de origen sintético (por ejemplo el éxtasis).
Mas allá que enseñar a los niños a decir simplemente "No a las drogas", es importante estimular en ellos una actitud de análisis y crítica al respecto de lo que puede significar el consumo de sustancias psicoactivas para la vida de una persona.
- Libro: El consumo de sustancias psicoactivas. Pablo Rodriguez P.
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